La maqueta es de la marca Monogram (Revell) a escala 1:48, enorme, bien detallada y con buena calidad de los materiales.

Lo primero que me llamó la atención fue el tremendo detalle de las partes interiores que luego por pena casi ni se ven. Tanto la cabina, bodega de bombas, zona de las literas, etc. están muy bien representadas. He intentado esmerarme en todas ellas, aunque luego no se vean. Lo primero que tengo que decir de la pintura es que el avión está enteramente pintado a pincel, aunque tengo aerógrafo no le he estrenado aún.

Los interiores de la maqueta están pintados en color verde, la referencia es 149 (Matt Dark Green) de Humbrol.

Según las fotos de modelos reales que he ido viendo, está muy bien detallada y he intentado mas que basándome en las instrucciones hacerlo conforme a las fotos reales.

En la bodega de las bombas no he incluido la «gran bicha», mas que nada porque no sé dónde puede entrar.

En cuanto al exterior del fuselaje, primero intenté darle una imprimación de Humbrol (ref 1) para pintar sobre ella el color aluminio de Humbrol también (ref 56) que según en las instrucciones es el color base del avión. Resultó ser un fiasco tremendo ya que el resultado era «nefasto», he tenido que hacer una mezcla de colores metálicos, mezcla de color aluminio con el color plata de la misma marca (ref 11). Barnizado brillante de Marabú, calcas y barnizado mate de la misma marca, que al no ser mate del todo queda ideal y le da el aspecto idóneo que estaba buscando.

Como me aconsejasteis las alas ha sido lo último que he pegado porque sino era imposible manejar el pájaro. Aunque he intentado ponerle en la parte delantera trozos de plomo para intentar que el avión no se fuera hacia atrás, como pesa tanto me ha sido imposible y le he tenido que poner el «palito» que viene trasparente en la zona de la cola para que haga el «caballito».

Lo más gratificante ha sido que el avión es precioso, enorme y creo que de lo mejorcito que he hecho. Lo más chungo sin duda es dónde se puede poner, no lo veo de ninguna manera.

El B-29 es recordado generalmente como el avión que, en los días 6 y 9 de agosto de 1945 lanzó las bombas atómicas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki para forzar la rendición japonesa. Pero, por aquel entonces, el B-29 era ya la principal arma en una campaña para neutralizar el potencial bélica japonés, quemando sus ciudades, destruyendo su red de comunicaciones y paralizando la industria.

El «Superfortress», que entró en servicio en 1944, era un bombardero de diseño extremadamente nítido, con motores de turbocompresión. Al modelo básico B-29, del que se fabricaron 2.458 aparatos, se le unieron el B-29A, del que se fabricaron 1.119 unidades, con mayor envergadura y una torreta dorsal con cuatro ametralladoras en vez de dos, el B-29B, del que se entregaron 310 aparatos, con menor potencia defensiva pero con mayor capacidad de carga y mayor velocidad. El aparato que os presento se encuadraba en el 462 grupo de bombardeo, 770 escuadrón, en Chengtu, China, Julio de 1944

No descarto para nada hacer otro B-29 en otra decoración, es que me ha encantado y animo a todo en mundo, es barato y es una «pasada», espero que os guste.

Texto y fotos: José Ángel Vicente Alonso